jueves, 27 de noviembre de 2008

Las cosas del cole


Carmen López, directora de C.P.R La Inmaculada (Fornes)


Juan Cucharero, director del C.P.R. “Los Ríos” (Arenas del Rey)


Nuevas direcciones


Este año es una nueva etapa para nuestros personajes. Ejercen la dirección de colegio donde trabajan y lo hacen por primera vez, en común tienen su iniciativa, motivación, interés y ganas de trabajar, pero nuestro cuestionario los diferencia.

1.- ¿Qué objetivos profesionales tiene a corto plazo?

Carmen – Mantener los proyectos que tiene el centro y luchar por mejorar el rendimiento académico de los alumnos. Me gustaría también saber implicar a los padres en la tarea educativa de sus hijos, concienciándolos en la importancia de su labor junto con la nuestra.
Juan – Poner en marcha el proyecto que se planteo el curso pasado con el menor número posible de incidencias negativas y con los mejores resultados posibles.

2. - ¿Y en lo personal?

Carmen – Realizar de forma satisfactoria mi labor como directora y maestra del curso que me corresponda.
Juan – Mis retos personales van surgiendo con el día a día y están íntimamente relacionados con mi vida familiar.

3.- ¿Se considera un líder?

Carmen – En absoluto, para mí un líder es una persona muy segura de sí misma y en mi caso nada más lejos de la realidad.
Juan – No quiero considerarme un líder en un trabajo donde todas las personas trabajan con las mismas inquietudes y donde la colaboración entre iguales es esencial para conseguir unos objetivos comunes.

4.- Uniforme escolar ¿sí o no?

Carmen – No, me gusta la variedad en el vestir de mis alumnos y que los padres puedan decidir qué ropa poner a sus hijos.
Juan – No se puede desestimar sin hacer una valoración de las ventajas e inconvenientes, por un lado fomenta no discriminación entre el alumnado y por otro anula su capacidad de elección.

5.- ¿Se acuesta pensando en el colegio?

Carmen - Sí, ahora más que antes pues pienso en las clases del día siguiente y en la tarea del despacho.
Juan - Ya me gustaría que no fuera así, espero volver a dormir su tener que pensar en el colegio.

6.- ¿Su comida preferida es…?

Carmen - En general me gusta comer de todo pero prefiero lo salado a lo dulce. Me encantan las ensaladas y la pasta.
Juan - Un buen arroz con buen acompañamiento y en buena compañía.

7.- ¿Con sus hijos tiene más o menos paciencia que con sus alumnos?

Carmen – Con mis hijos tengo mucha menos paciencia, tanto que a veces me hace sentirme mal, me irrito con facilidad con ellos y me considero exigente sobre todo en las tareas escolares.
Juan – Bastante menos, ya me gustaría tener con mis hijos la misma paciencia que tengo con mis alumnos.

8.- ¿A qué se dedica en su tiempo de ocio?

Carmen - Practico natación los fines de semana y me gusta mucho leer antes de acostarme sobre todo narrativa contemporánea.
Juan - A hacer atletismo y salir con nuestros amigos.

9.- ¿Alguna vez pensó que se había equivocado de profesión?

Carmen - Nunca, me gusta mi trabajo que llevo desempeñando más de 15 años y siempre disfruto y aprendo cosas nuevas con mis alumnos.
Juan - No hasta ahora me ha proporcionado más buenos ratos que malos.

10.- ¿Puntúe de 0 a 10 el nivel académico de su colegio?

Carmen - El nivel académico puede estar entre un siete y un ocho.
Juan - No quiero hacer una valoración cuantitativa, digamos que progresa adecuadamente, aunque necesita mejorar.

11.- ¿Qué virtud le concedería a sus alumnos y qué pecado les quitaría?

Carmen - Las virtudes propias se su edad (ilusión, espontaneidad…), y el pecado que les quitaría, la impaciencia y la distracción…
Juan - Lo que más me gusta es que son sencillos y por tanto auténticos, lo que menos, lo poco motivados que vienen al colegio en general.

12.- Por último. ¿Qué mote de sus alumnos le ha hecho más gracia?

Carmen - Los alumnos suelen usar motes de sus series favoritas y de sus cantantes preferidos, la gracia está en relacionar el mote con el aspecto físico, así puedo recordar Don Pimpón de otro colegio.
Juan - Si yo pusiera en “el prevelicao” alguno de mis motes, dejaría de tener gracia para convertirse en una pesadilla.

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